Viento; brisa de la paz,
caricia del sol,
aroma de miel.
Tiempo, detente unos años te pido,
déjame reposar
sobre los campos verdes
del paraíso mortal, déjame escuchar
la suave nota del arpa que toca el viento,
quiero quedarme aquí,
donde exista el encuentro
entre miradas que aprecien
la majestuosidad de
las sagradas cascadas
fértiles de la madre tierra.
Donde las aves pueden
cantar sus alegrías sobre
las nubes y más alto.
Las flores pintan de colores
el cielo, las casas son
el velo de los árboles ancestrales.
Las almas son puras
entre la vegetación.
Si este cuerpo algún día
dejara de respirar
quiero que se quede aquí,
en tierra virgen,
donde no ha llegado
hombre avaricioso,
hombre de guerra,
hombre de destrucción.
Me quedo aislado del mundo
muerto y me quedo aquí,
junto a ti, madre naturaleza.
