jueves, 12 de junio de 2014

Aguas rojas de dolor y llanto

De malas obras está
hecho lo mundano,
el agua clara
al corazón se le acaba;

desgraciadamente el
deseo nos consume,
porque somos bestias,
cuando debimos
ser ángeles sagrados.

Ya no me quejo
de lo malo del hombre,
si es mi reflejo el que veo.

Tratar de cambiarme
a mí, es lo único
que hoy deseo,
 allá ellos si quieren
seguir naufragando
en aguas rojas
de dolor y llanto.

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